¿Para qué sirve la Historia?

Debido a la insistencia que otorga el sistema educativo al estudio de la Historia, no es la primera vez que me he planteado la posible utilidad (o inutilidad) de esta materia. ¿Para qué sirve la Historia? Esta es una cuestión que, estoy convencida, más de uno se ha planteado en alguna ocasión. Y tras varias reflexiones, creo que es un conocimiento que nos puede ser muy útil, porque puede servirnos de guía o referencia para saber cómo actuar ante los hechos, nos ayuda a entender cómo hemos llegado a la sociedad actual (de hecho, no puede entenderse la sociedad en que vivimos sin comprender su pasado histórico)... pero sobre todo, constituye un modelo sobre comportamientos humanos que han contribuído a mejorar (o en algunos casos a empeorar, todo hay que decirlo) la sociedad. Me explicaré mejor:

Resulta evidente que una acción realizada en el pasado tendrá repercusiones tanto en el presente como en el futuro, o dicho de otro modo, el presente depende de nuestra manera de actuar en el pasado. Por eso pienso que, para empezar, teniendo en cuenta la configuración de la sociedad actual, tenemos mucho que agradecer al transcurso de la historia y a lo que han hecho nuestros antepasados, porque la sociedad ha evolucionado notablemente mediante un proceso lento (desde las sociedades primitivas hasta la contemporánea, basada en el capitalismo), y estoy completamente segura de que todavía se puede mejorar.


Y aquí es donde entran en juego la voluntad y el optimismo de las personas por cambiar las cosas. Es cierto que nosotros vivimos bastante bien (en general), y por eso hay gente que piensa que ya no es necesario tratar de mejorar más, bien porque lo consideran un esfuerzo inútil o bien una pérdida de tiempo. Pero no creo que este punto de vista sea pertinente, ya que aunque nosotros (con ello me refiero a los que vivimos en lo que se considera Primer Mundo) vivimos bien, con unas condiciones de vida aceptables o incluso buenas, en otras partes del mundo (conocidas como Tercer Mundo e incluso también los llamados países emergentes) todavía hay miles de personas que mueren de hambre cada día, no saben leer, viven en unas pésimas condiciones, e incluso se les priva de algunos derechos humanos. Esta situación es claramente mejorable,y de hecho tiene que mejorar, por el bien de la sociedad.

Hay personas que antes de intentar nada ya se rinden porque creen que no van a aportar nada, sin embargo hay que pensar que si se intentan cambiar las cosas existe aunque sea una mínima, remota, posibilidad de conseguirlo. Realmente si no se intenta nada es cuando se está matando esa pequeña idea de progreso.

Entonces, desde este punto de vista, creo que puedo decir que soy bastante optimista ante el futuro basándome en el estudio de la Historia. Porque aunque es cierto que esta ofrece ejemplos de corrupción y egoísmo (por eso se ha llegado, en mi opinión, a la situación de desigualdad en que unas personas viven mejor que otras), pero también de valentía, perseverancia y afán por superarse. Por ejemplo, si en la época del absolutismo todos los esclavos y personas que vivían a sometidas a la voluntad del rey y la nobleza (campesinos, comerciantes... la mayor parte de la población prácticamente) hubiesen tirado la toalla pensando que no podían cambiar su situación y se hubiesen resignado, quizás a estas alturas aún viviríamos en una sociedad absolutista y esclavista, aunque resulte muy extraño pensarlo.

Por todo esto, me atrevo a decir que la Historia resulta muy útil porque puede darnos un impulso para pensar que sí es posible mejorar la sociedad y que, si todos ponemos de nuestra parte, por pequeñas cosas que hagamos, lograremos aunque sea un mínimo cambio.